Traje una rana y dos sapos para el invernáculo de la escuela.
Los conseguí en una piscina que hay en mi casa.
Me costó mucho atraparlos: mucho más a la rana.
Atrapé a un sapo nadando. Se iba escapando, pero lo capturé con la red.
Después el patrón me dijo que levantara una tapa que tiene la piscina. Allí había una rana y cuatro sapos. Atrapé otro sapo y lo puse en la caja, pero se me escaparon los demás.
De repente apareció una rana grande, muy saltarina y con mucha fuerza. La quise atrapar con la mano, saltó, me chicoteó y no me animé a sacarla. Metí un palo, la atrapé con la red y la guardé en la caja.
Cristian Romero (3°)